A través de los años: Un relato sobre cómo la fe y la perseverancia han transformado mi matrimonio
TESTIMONIOS INSPIRADORES
Oremos Juntos
8/4/20253 min read


“Mi esposo y yo hemos estado juntos durante más de 20 años. Al principio, como cualquier pareja, soñábamos con un futuro lleno de felicidad y amor eterno. Sin embargo, con los años llegaron los desafíos, las dificultades económicas, la crianza de los hijos, las tensiones diarias. Hubo momentos en los que pensamos que no íbamos a poder seguir adelante. A veces, el cansancio emocional y físico se apoderaba de nosotros, y la distancia parecía cada vez mayor. Fue en esos momentos cuando la fe comenzó a ser nuestra mayor aliada. Decidimos que, aunque todo lo demás pareciera tambalear, nuestra fe en Dios y en nuestro amor debía ser el ancla que nos mantuviera juntos. Empezamos a orar juntos cada noche, a buscar consejos espirituales, a recordar nuestras promesas y a ofrecerle nuestras dificultades a Dios. Fue a través de la perseverancia, el sacrificio y la fe inquebrantable que comenzamos a ver cómo nuestra relación se transformaba. Nos dimos cuenta de que no éramos dos personas que se amaban, sino una sola carne, y que nada, ni siquiera las dificultades, podían separarnos si manteníamos la fe. La perseverancia en la fe restauró nuestro amor y lo hizo más fuerte que nunca. Hoy, nuestro matrimonio es un testimonio de lo que la fe y la perseverancia pueden hacer en la vida de una pareja. Cada desafío que enfrentamos juntos nos ha acercado más, y seguimos caminando de la mano, con una fe renovada en lo que Dios tiene preparado para nosotros.” (Mabel y Luis N, retiro invierno, Maipú)
A lo largo de los años, nos damos cuenta de que el matrimonio no es solo un viaje de amor, sino también un compromiso de fe y perseverancia. La fe nos da la fuerza para seguir adelante cuando las dificultades parecen insuperables. La perseverancia es lo que nos mantiene juntos en los momentos más oscuros, cuando la tentación de rendirnos es más fuerte. La fe no solo nos conecta con Dios, sino que también fortalece nuestro vínculo como pareja. En el matrimonio cristiano, entendemos que el amor es un acto de servicio mutuo, donde ambos están dispuestos a sacrificarse por el bienestar del otro. Cuando miramos hacia atrás, nos damos cuenta de que lo que más nos ha transformado como pareja es el amor incondicional que Dios nos ha enseñado a practicar, y el esfuerzo constante por seguir el ejemplo de Cristo.
Al caminar siempre nos encontraremos con otras personas con más o menos experiencia pero cuya sabiduría nos comparten. Te comparto algunas reflexiones del camino:
Paso 1: Recuerda que el matrimonio no es fácil. Enfrentarás desafíos, pero no estás solo. Dios está contigo, y el amor que compartes con tu pareja es más fuerte que cualquier dificultad.
Paso 2: Haz de la fe un pilar central en tu matrimonio. Ora juntos, busca la guía divina y permite que la fe sea el centro de tu relación. La oración y la reflexión espiritual diaria pueden ayudar a superar los obstáculos.
Paso 3: Practica la perseverancia. El matrimonio requiere esfuerzo y dedicación. No siempre será fácil, pero perseverar en el amor y la fe fortalecerá tu relación a lo largo del tiempo.
Paso 4: Aprende a ver las dificultades como oportunidades. Cada desafío es una oportunidad para fortalecer tu amor y tu fe. Cuando enfrentas las dificultades juntos, tu vínculo se hace más fuerte y más profundo.
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece."
Filipenses 4,13
Hoy, reflexiona sobre la fe y la perseverancia en tu matrimonio. Si enfrentas dificultades, recuerda que la fe en Dios puede ser el ancla que mantenga tu relación firme. Ora por tu pareja, por tu matrimonio y por la sabiduría para enfrentar los desafíos con amor y paciencia. La perseverancia no significa no enfrentar dificultades, sino ser capaces de superar cualquier barrera juntos con la fuerza que Dios nos da.
Bendición:
Que tu matrimonio sea siempre una muestra de fe y perseverancia, y que cada día que pase, tu amor se fortalezca a través de los momentos de dificultad y triunfo. Que el Señor te guíe y te dé la gracia para mantener el amor y la unidad en tu matrimonio, y que juntos, continúen creciendo en fe y amor. Amén.