Confiar en lo que no se ve

"Estaba nublado. El cielo gris cubría todo.
Pero al salir de casa, sentí el calor en la piel. El sol estaba ahí… aunque no se veía.
Me sorprendió esa certeza silenciosa.
Y me pregunté: ¿cuántas veces dudo de lo que no se muestra, pero sigue obrando?"

La vida espiritual no siempre ofrece señales claras ni respuestas inmediatas.
A veces, lo único que tenemos es una sensación interior, una fidelidad silenciosa, una llama encendida en medio del viento.

Confiar en lo que no se ve no es ingenuidad. Es una decisión del alma.
Es saber que Dios no siempre se muestra con evidencia… pero siempre está actuando, como el sol detrás de las nubes, como la raíz bajo la tierra, como el amor que no hace ruido.

La fe es eso: luz suave que guía incluso cuando todo parece gris.

Te comparto este texto que tal vez te pueda ayudar:

“La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Hebreos 11,1

Llevémoslo a la práctica:

Hoy, anota 3 cosas por las que puedes dar gracias, aunque aún no las veas completamente cumplidas.
Puedes usar esta fórmula:

• “Gracias por _____________, aunque todavía no ______________.”
  Por ejemplo: “Gracias por el camino que se abrirá, aunque aún no lo comprendo.”
  

Escríbelas en un papel y guárdalas como pequeñas semillas de fe.

Bendición

Que tu corazón aprenda a ver incluso cuando los ojos no alcancen.
Y que nunca te falte la luz interior que te dice: sigue… todo está obrando. Amén.

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