Cruzar el umbral: cuando el alma intuye un nuevo comienzo
TEOLOGÍA PARA LA VIDA
Oremos Juntos
1/2/20251 min read


"La puerta estaba entreabierta. No sabía si empujarla con fuerza o quedarme esperando que algo la abriera por mí. Afuera había ruido, dentro silencio. Sentí el temblor de la incertidumbre mezclado con la emoción de lo que podía venir. Era 1 de enero. Pero en verdad, era más que una fecha: era una oportunidad sagrada."
Cada inicio es un umbral. No se trata solo de dejar atrás el calendario, sino de soltar lo que ya no nos acompaña en el camino y atrevernos a caminar con lo esencial. El alma sabe cuándo es momento de avanzar. Y Dios, en su ternura, se convierte en esa brisa suave que empuja con amor la puerta que tememos cruzar.
Comenzar no es borrar lo vivido, sino abrazarlo con gratitud y abrirse con humildad a lo que viene. Es un gesto de fe: confiar que lo nuevo, aunque desconocido, puede ser también bendito.
Te dejo un texto para que reflexiones:
“He aquí que yo hago nuevas todas las cosas.”
Apocalipsis 21,5
Camino práctico o gesto espiritual
Este primer día del año, regálate un momento de silencio. Busca un espacio tranquilo. Respira profundamente tres veces. Luego, toma papel y lápiz y responde:
¿Qué puerta siento que se abrió este año?
¿Qué deseo dejar atrás con gratitud?
¿Qué quiero pedirle a Dios que me ayude a vivir con sentido en este nuevo ciclo?
Escribe una breve oración espontánea, aunque sea una línea, y deja que tu alma te guíe.
Bendición
Que este año no te encuentre corriendo sin rumbo, sino caminando con alma. Que cada paso esté iluminado por la fe, sostenido por la esperanza y guiado por el amor. Y que sepas, cada día, que no estás solo. Amén.