Dios también se sienta a la mesa
CRÍTICA PROFÉTICA O ACTIVA
Oremos Juntos
1/22/20251 min read


"Fue solo un gesto.
Alguien sirvió el pan con las manos limpias.
La mesa estaba sencilla: vasos de colores, servilletas de papel, sopa caliente.
No hubo bendición formal, pero sí un silencio.
Y en ese silencio, lo supe: Dios también estaba sentado ahí."
La espiritualidad no siempre vive en los templos.
A veces, se manifiesta en lo cotidiano: en una conversación sincera, en un almuerzo sin prisas, en el gesto amoroso de quien sirve o escucha.
Encarnar la fe es dejar que Dios habite lo real: los platos sucios, el cansancio de la tarde, las risas espontáneas, la ternura de lo simple.
La mesa puede ser un altar. Y la cotidianidad, un lugar sagrado.
Te dejo una texto que tal vez te sirva de inspiración:
“Mientras estaba a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio.”
Lucas 24,30
¿Listo para otros desafío espiritual?
Hoy, prepara la mesa con amor. No importa si estás solo o acompañado.
Pon el mantel o simplemente acomoda con intención.
Antes de comer, detente un momento.
Respira. Agradece.
Y reconoce en ese instante la presencia de lo sagrado.
Bendición
Que no falte pan en tu mesa ni alma en tu comida.
Y que descubras, cada día, a Dios sentado a tu lado, en lo más simple y humano. Amén.