El amor sacrificial en el matrimonio: aprender a dar sin esperar nada a cambio
TEOLOGÍA PARA LA VIDA
Oremos Juntos
7/28/20253 min read


"Hubo un momento en nuestro matrimonio en el que las tensiones parecían estar por encima de nuestro amor. Había días en los que sentía que todo lo que daba no era correspondido, que mis esfuerzos pasaban desapercibidos, y la frustración me invadía. Fue entonces cuando recordé las palabras de Jesús: “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” [Juan 15,13]. El amor sacrificial no es solo un acto de grandes gestos, sino de pequeños sacrificios diarios, donde nos entregamos por el otro sin esperar algo a cambio. Al principio, este concepto parecía difícil de aplicar. Pero, al empezar a dar sin contar, sin esperar retribuciones, algo maravilloso sucedió. La relación cambió. Los pequeños sacrificios, las decisiones desinteresadas por el bien del otro, se convirtieron en la base de una conexión mucho más profunda y amorosa. El amor sacrificial no solo nos enseña a dar, sino a recibir de una manera más completa. Aprendí que amar sacrificialmente es ver al otro como lo que más importa, más allá de las expectativas propias." (Cecilia T., 47 años. Retiro Verano 2003)
Así como en el matrimonio de Cecilia, que en esa época ya llevaba cerca de30 años de casada, el matrimonio cristiano está llamado a reflejar el amor sacrificial de Cristo por la Iglesia. La enseñanza bíblica nos habla de un amor que no se mide, que no busca recompensas, sino que se da por completo. Este tipo de amor es la base de un matrimonio sólido y duradero. Cuando amamos de esta manera, el matrimonio no se basa en lo que el otro nos da, sino en lo que podemos dar por el otro, aún cuando no recibimos lo que esperamos. El amor sacrificial transforma la relación porque cambia el enfoque de “yo” a “nosotros”.
Sin duda hay muchos caminos para mejorar tu relación. El tema pasa por querero hacer ybuscar ayuda si fuera necesario. Te propongo este camino para llevar la certeza teológica a la práctica:
Paso 1: Romper con el egoísmo. El amor sacrificial comienza cuando dejamos de poner nuestras necesidades y deseos como prioridad. Al centrarnos en las necesidades de nuestra pareja, estamos practicando un amor más cercano al amor de Cristo.
Paso 2: Dar sin expectativas. A menudo, damos esperando algo a cambio, ya sea amor, gratitud o una recompensa. Sin embargo, el amor sacrificial se basa en dar sin condiciones. Este tipo de amor no mide lo que da, simplemente da porque es lo correcto.
Paso 3: Practicar el servicio diario. Amar sacrificialmente no requiere de gestos grandiosos, sino de pequeños actos de servicio diario. Cada vez que decimos “sí” a nuestro cónyuge sin esperar nada, estamos participando del amor sacrificial que Cristo nos enseñó.
Paso 4: Ver a la pareja como un reflejo de Cristo. Cuando aprendemos a amar sacrificialmente, comenzamos a ver a nuestro cónyuge no solo como una persona que ama y nos ama, sino como un reflejo del amor de Cristo en nuestra vida. Servirle se convierte en un acto de devoción y gratitud a Dios.
"Ámense los unos a los otros como yo los he amado."
Juan 15,12
Hoy, reflexiona sobre cómo puedes practicar el amor sacrificial en tu matrimonio o relación.
¿Hay algo que puedas dar sin esperar nada a cambio?
¿Hay un gesto de servicio que puedas ofrecer hoy mismo?
El amor sacrificial no solo mejora tu relación, sino que te acerca más a Dios, quien nos amó de esta manera. Toma un momento para orar, pidiendo a Dios que te dé la gracia para amar de manera incondicional y que tu amor por tu pareja sea reflejo del amor divino.
Bendición:
Que el amor sacrificial guíe tu matrimonio y te acerque más a Dios y a tu pareja. Que, al amar sin esperar nada a cambio, experimentes una conexión más profunda, una paz duradera y una relación más fuerte. Que el Señor te dé la gracia para vivir el matrimonio como un acto de amor divino y de servicio mutuo. Amén.