El Lavado de los Pies – Servir con Amor y Humildad
TEOLOGÍA PARA LA VIDA
Oremos Juntos
4/17/20252 min read


“Estaba allí, en la mesa, rodeado de sus discípulos. Jesús sabía lo que venía, pero no dejó que la carga de su misión lo alejara del amor que debía mostrar. Al levantarse, se quitó el manto y, con humildad, comenzó a lavar los pies de sus discípulos. Un gesto tan simple, pero tan profundo, que hasta Pedro se sintió indignado. “Tú me lavarás los pies a mí, Señor?”, le preguntó. Jesús, con una mirada de ternura, respondió: “Si no te lo hago, no tendrás parte conmigo”. En ese momento entendí que el servicio más grande está en los gestos más humildes, aquellos que no buscan recompensa, sino amor genuino.”
El Lavado de los Pies no es solo un acto de limpieza, es una lección profunda de humildad y servicio. Jesús, el maestro, se hace servidor de sus discípulos, mostrándonos que el liderazgo verdadero no está en el poder ni en el control, sino en la capacidad de servir con amor. Este acto nos invita a reflexionar sobre nuestra propia disposición para servir, no solo a aquellos que nos aman, sino también a aquellos que no esperan nada a cambio. El amor verdadero se mide en la entrega desinteresada, en la capacidad de hacer lo que sea necesario por el bienestar del otro.
Déjate interpelar por el Maestro:
“Si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.”
Juan 13,14
Este camino se hace con la práctica...
Hoy, busca una oportunidad para servir con humildad. No es necesario realizar un acto grandioso, sino algo sencillo y desinteresado. Puede ser ayudar a alguien con una tarea, escuchar con atención a alguien que necesita hablar, o incluso hacer algo que normalmente evitas porque no te resulta cómodo. El servicio humilde, hecho con amor, tiene un impacto profundo en el corazón de quienes lo reciben.
Bendición
Que el espíritu de servicio y humildad te guíe en tu camino. Que cada acción que realices sea una expresión del amor de Cristo, dispuesto a lavar los pies de aquellos que más lo necesitan. Que encuentres en el servicio la verdadera grandeza, y que tu vida sea un reflejo del amor desinteresado que Él nos mostró. Amén.