La Iglesia en los Márgenes: ¿Qué Nos Deja el Papa Francisco?
COMENTARIO DEL DIRECTOR
Oremos Juntos
4/24/20252 min read


El Papa Francisco, durante su pontificado, revolucionó el concepto de iglesia. No se limitó a una estructura de poder o a una institución intocable, sino que invitó a la Iglesia a vivir en las periferias, en los márgenes de la sociedad. ¿Qué significa esto realmente? Significa que la Iglesia no debe ser un lugar apartado y distante, sino una presencia viva en el corazón del sufrimiento humano. Significa que ser Iglesia es ser los brazos abiertos para aquellos que han sido ignorados, abandonados y rechazados por los sistemas sociales y políticos.
En su papado, Francisco dejó claro que la verdadera misión de la Iglesia no es conservar su poder o su riqueza, sino servir a los más vulnerables. Con su vida y su mensaje, el Papa nos recordó que los márgenes no son solo geográficos o sociales; también son espirituales. Muchos viven en los márgenes no porque estén físicamente alejados, sino porque son despojados de dignidad, de derechos, de voz. La Iglesia, bajo el liderazgo de Francisco, se inclinó ante aquellos a quienes la sociedad les ha dado la espalda. Esa es la verdadera misión de la Iglesia: ser una comunidad que no teme estar cerca de los que sufren, sino que se convierte en refugio para ellos.
¿Y ahora que el Papa Francisco ya no está con nosotros? ¿Cómo será el futuro de la Iglesia en los márgenes? Su muerte nos invita a cuestionarnos: ¿estamos dispuestos a seguir su ejemplo, o preferimos una Iglesia más cómoda, alejada de la realidad que viven los más necesitados? La muerte de Francisco no debe ser solo un momento de lamento, sino también un despertar. Un despertar para que la Iglesia no olvide su misión original de estar cerca de los excluidos, de los pobres, de los que no tienen voz.
Cuando hablamos de los márgenes, hablamos de la vida real, de la vida que Jesús vivió. Y ese es el legado más grande que nos deja Francisco: no un mensaje abstracto de bondad, sino una invitación concreta a vivir el amor cristiano en lo más profundo del sufrimiento humano. Este es un llamado urgente para que la Iglesia renueve su misión, no desde las alturas, sino desde los pies de los que más lo necesitan.
Oremos Juntos agradeciendo a Dios por Francisco y su legado, pero también por el próximo Papa y su misión en el mundo.