La importancia de la sabiduría de los mayores en nuestra vida espiritual

TEOLOGÍA PARA LA VIDA

10/6/20252 min read

Don Manuel, de 90 años, suele sentarse en la plaza de su barrio con un rosario en las manos. Los niños lo saludan, los adultos lo escuchan cuando comparte alguna anécdota de su vida. Un día, un joven le preguntó: “¿Qué es lo más importante que ha aprendido?”. Don Manuel respondió con calma: “Que al final lo único que queda es el amor que uno da y recibe”.

Esa frase, nacida de la experiencia y del tiempo, iluminó al joven más que muchas charlas. Comprendió que la sabiduría de los mayores no se mide en títulos ni en logros, sino en la profundidad con que han vivido y amado.

En la Biblia, los ancianos ocupan un lugar de respeto y consejo. Eran quienes guiaban con discernimiento, recordaban la historia y transmitían la fe. Hoy, esa misión sigue vigente: los mayores son memoria viva de la comunidad y custodios de la esperanza.

En una sociedad que valora la novedad y la rapidez, necesitamos redescubrir el tesoro de la sabiduría acumulada en quienes nos precedieron. Escuchar a los adultos mayores no es solo cortesía: es reconocer en ellos un reflejo de la fidelidad de Dios.

Te propongo un camino práctico para acoger la sabiduría de los mayores:

  1. Pregunta y escucha: abre espacios de diálogo para que compartan su experiencia.

  2. Integra sus consejos: toma en serio sus palabras, aunque sean sencillas.

  3. Reconoce públicamente su valor: en familia o comunidad, destaca su aporte.

  4. Ora por ellos: agradece a Dios por su vida y pide que sigan siendo luz en tu camino.

Atento a este texto...

  • "La gloria de los jóvenes es su fuerza; la hermosura de los ancianos son sus canas" (Proverbios 20,29).

Un pequeño desafío:

Elige a un adulto mayor de tu familia o comunidad y escribe en una tarjeta un mensaje de gratitud por la sabiduría que transmite. Ofrécele esa tarjeta como signo de reconocimiento.

Bendición

Que el Señor te conceda ojos abiertos para reconocer la sabiduría de quienes te precedieron. Que los mayores de tu vida sean maestros de fe y amor, y que sus palabras te guíen como faro en tu camino espiritual. Amén.