La Misericordia de Dios: Un Legado del Papa Francisco para los Márgenes
COMENTARIO DEL DIRECTOR
Oremos Juntos
4/22/20252 min read


La misericordia de Dios, tal como nos la mostró el Papa Francisco, no es solo una idea abstracta o un concepto teológico distante. Es un llamado urgente, un grito que nace de los márgenes de la humanidad y que se extiende hacia aquellos que han sido rechazados por la sociedad. Esta misericordia no se limita a un perdón sin más; es una misericordia que nos interpela, que exige acción y que transforma. En este legado de Francisco, encontramos un reflejo del rostro de Jesús, aquel que caminó por las periferias, buscando a los perdidos, a los excluidos, a los pobres y a los pecadores. Su misericordia no tiene fronteras.
El Papa Francisco, desde su elección, nos invitó constantemente a mirar más allá de nuestras seguridades, a salir de nuestras zonas de confort y acercarnos a los que viven en los márgenes. Como Jesús, el Papa vio en los marginados la verdadera imagen de Dios, porque en ellos se refleja la lucha, la esperanza y, sobre todo, la necesidad de un amor radical que no juzga, sino que abraza. La misericordia de Dios, a través de este legado papal, es un llamado a ver a cada persona, especialmente a aquellos en los márgenes, no como una carga, sino como un ser digno de amor y respeto.
La misericordia de Dios no es una indulgencia barata, no se trata de hacer la vista gorda ante el sufrimiento. Es la valentía de entrar en el dolor de los demás, compartir sus lágrimas y, al mismo tiempo, ofrecerles la luz de un amor incondicional. El Papa Francisco nos recordó que la verdadera misericordia exige un cambio profundo en nuestros corazones. Si realmente creemos en ella, debemos estar dispuestos a abandonar nuestras comodidades y abrazar la causa de los más necesitados.
¿Hasta qué punto estamos dispuestos a vivir esta misericordia? No solo como un concepto teológico, sino como un estilo de vida. ¿Estamos dispuestos a salir de nuestras iglesias y nuestras casas cómodas para servir a aquellos a quienes más se les niega dignidad? La misericordia implica renunciar a nuestras propias seguridades para ir más allá, y en esos márgenes encontramos a Cristo. Como el Papa Francisco nos enseñó, la misericordia no es una acción ocasional, sino una vida transformada por el amor de Dios.