Mantener los valores en tiempos de fiestas: equilibrio y espiritualidad

CRÍTICA PROFÉTICA O ACTIVA

9/13/20252 min read

En medio de la algarabía de septiembre, un joven regresaba a casa después de una noche de fiesta. Caminaba por la calle con la música aún retumbando en su cabeza, mientras las banderas colgaban de las casas y el olor a asado aún flotaba en el aire. De pronto, se detuvo frente a una iglesia iluminada débilmente. Allí, en contraste con el ruido que había dejado atrás, sintió un silencio que lo interpeló: “¿Qué celebro realmente? ¿Qué queda de esta fiesta en mi corazón?”.

Ese instante lo confrontó con una verdad sencilla: las fiestas son necesarias, pero pueden perder su sentido si nos arrastran hacia el exceso, la violencia o el olvido de lo que nos une como pueblo. Celebrar sin equilibrio es vaciar la fiesta de su esencia.

Las fiestas patrias son un regalo cultural y espiritual: un tiempo de encuentro, memoria y gratitud. Pero también son una prueba de responsabilidad personal y comunitaria. La crítica profética nos invita a mirar más allá de la euforia: ¿estamos celebrando la vida y la unión o simplemente dejándonos llevar por la desmesura?

Equilibrio significa vivir con alegría sin perder el sentido. Espiritualidad significa recordar que todo lo que disfrutamos viene de Dios y se orienta al bien común. Si aprendemos a celebrar con conciencia, las fiestas se transforman en espacios de verdadera fraternidad.

Te propongo un camino práctico para mantener valores en tiempos de fiesta:

  1. Celebra con moderación: disfruta, pero evita excesos que dañen tu cuerpo o tu entorno.

  2. Cuida tus palabras y gestos: que la convivencia no se rompa por discusiones o rencillas.

  3. Comparte con generosidad: invita a alguien que pueda estar solo en estas fechas.

  4. Recuerda lo espiritual: dedica un momento de oración o gratitud en familia antes de la comida.

¿Qué te parecen estas palabras de san Pablo?

  • "Todo me está permitido, pero no todo me conviene; todo me está permitido, pero no todo edifica" (1 Corintios 10,23).

En medio de las celebraciones, toma un momento para encender una vela y orar. Sí: ¿por qué no? Tal vez diciendo algo así como...
"Señor, bendice esta fiesta y a mi familia. Que la alegría no se convierta en exceso, sino en gratitud y unidad."

Bendición

Que el Señor ilumine tu corazón en estas Fiestas Patrias para que la alegría no se pierda en el exceso, sino que se transforme en gratitud y fraternidad. Que tu mesa sea espacio de encuentro y que tu vida celebre siempre con equilibrio y espiritualidad. Amén.