Oración de protección para la familia durante las festividades

En cada familia hay una mezcla de alegría y preocupación cuando llegan las Fiestas Patrias. Mientras unos preparan la mesa, otros revisan que los más pequeños no corran riesgos, y siempre hay alguien que, en silencio, pide que “todo salga bien”.

Recuerdo a una abuela que, antes de comenzar la celebración, hacía siempre la misma oración: encendía una vela y decía con firmeza: “Señor, protege a mis hijos y a mis nietos. Que celebremos en paz y que nadie sufra daño”. Esa costumbre se convirtió en tradición familiar. Más allá de la comida o de los bailes, lo que quedaba grabado era esa certeza: Dios cuidaba de todos.

La espiritualidad nos enseña que celebrar también es confiar en la protección divina. No se trata de vivir con miedo, sino de reconocer que necesitamos el cuidado de Dios en medio de la alegría. Pedir protección no es signo de debilidad, sino de amor: quien protege cuida y quien pide protección reconoce que no está solo.

Cuando elevamos una oración por nuestra familia, estamos construyendo un lazo invisible de confianza. Es un recordatorio de que la verdadera seguridad no está solo en lo material, sino en el amor que nos une y en la fe que nos sostiene.

Te propongo un camino práctico para orar por la protección de tu familia:

1. Antes de celebrar: reúnanse y hagan una oración breve juntos.

2. Enciendan una vela: como signo de la luz de Dios que acompaña y protege.

3. Mencionen por nombre: a cada miembro de la familia, pidiendo cuidado y bendición especial.

4. Confíen en la fe: dejen en manos de Dios aquello que no pueden controlar.

Tal vez este pequeño texto de un salmo te suene a una bendición:

• "El Señor te protegerá de todo mal, Él cuidará tu vida" (Salmo 121,7).

En la mesa de estas fiestas, coloca una vela al centro y oren juntos:
"Señor, cuida de nuestra familia en estos días de celebración. Protégela de todo mal y regálanos alegría y unidad.", por ejemplo.

Bendición

Hoy oro por tu familia: que Dios los proteja en cada salida y en cada encuentro. Que los cuide de accidentes, enfermedades o tristezas, y que les regale la alegría de volver siempre a casa con gratitud. Amén.